Las molestias dependerán de la tolerancia al dolor de cada paciente y de la profundidad del raspado.
Por esta razón, es común que el dentista aplique un anestésico local antes del procedimiento, eliminando el dolor.
Mientras que una limpieza dental profesional es un procedimiento cosmético para limpiar la superficie de los dientes con ultrasonido y bicarbonato de sodio, un curetaje dental es un tratamiento periodontal que se enfoca en raspar la suciedad atrapada en un área específica entre los dientes y las encías.
Como habrás podido deducir, un curetaje es más invasivo que una limpieza dental y, en consecuencia, puede ser más doloroso.
¿La limpieza de encías es indolora?
La respuesta es contundente cuando el procedimiento lo realizan especialistas y se hace correctamente: limpiar las encías no duele.
Además, demuestra que se trata de una elaboración rápida y sencilla para conseguir una adecuada higiene bucal, que en todo caso debe completarse con el cepillado periódico y el uso de hilo dental.
No debemos olvidar que proteger la salud bucal incluye proteger dientes y encías. De lo contrario, el tejido de las encías (que es responsable de mantener los dientes) puede dañarse ocasionalmente y ofrecer un rincón para las anomalías de la salud periodontal, como la gingivitis y la periodontitis.
Estas nosologías pueden ser realmente difíciles de detectar en un primer momento, por lo que visitar periódicamente al dentista es el mejor escudo para frenar su evolución y evitar tratamientos mucho más invasivos.
¿Qué es el raspado dental?
El curetaje o raspado dental y alisado radicular es parte del tratamiento para eliminar el sarro debajo de las encías, también llamado piorrea.
El dentista recomendará esta práctica en los siguientes casos:
Movilidad en los dientes
La disminución de la inflamación de los tejidos gracias al curetaje puede reducir la movilidad inicial en los dientes.
Los dientes pueden ser más sensibles a los cambios de temperatura o al comer alimentos dulces. Esta sensibilidad a los cambios de temperatura puede durar hasta los primeros 3 días después del legrado dental.
Estas ligeras molestias se pueden paliar con la aplicación de productos desensibilizantes recomendados por el especialista.



