Injerto de encía: tipos y posibles complicaciones

Consiste en la aplicación de cirugía plástica periodontal con el objetivo de restaurar la salud de las encías y detener su recesión.

Estos tipos de injertos se aplican cuando las encías del paciente son muy delgadas y requieren tejido adicional.

Injerto gingival libre

En este tipo de intervención, se extrae tejido de la encía que rodea al diente retraído. El tejido llamado pedículo se corta parcialmente y luego se cose. Es una técnica que sólo se utiliza en aquellos pacientes con mucho material alrededor del diente.

Hay 2 zonas donantes para injerto de encía:

  • Paladar duro: esta zona va desde casi los 3ros molares (muelas del juicio) hasta casi el canino. Lógicamente, la longitud dependerá de la necesidad de un injerto más largo, ya que hay una zona muy amplia a cubrir. Es una zona que, dependiendo del paciente, nos puede proporcionar el grosor suficiente para realizar ambas técnicas de injerto gingival.
  • Tuberosidad: Esta zona cubre la zona de los 3ros molares, que pueden estar presentes o no. Esta zona es más gruesa y es ideal para zonas donde se requiere mayor espesor de injerto.

¿Qué es un injerto de encía?

Es una microcirugía cuyo objetivo es recuperar la encía dañada y evitar posibles problemas futuros que pudieran derivarse de esta retracción.

Tal y como indica la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA), el injerto gingival es una técnica quirúrgica mínimamente invasiva.

Consiste en la extracción de tejidos blandos -generalmente del propio paladar del paciente- que posteriormente el cirujano colocará en la zona donde quedó desprotegido el diente o implante.

¿Por qué se produce la recesión gingival?

  • Por enfermedad periodontal.
  • Al cepillarse los dientes de forma incorrecta o con un cepillo demasiado duro.
  • Si usas palillos para limpiar los restos de comida.
  • Cuando en un tratamiento de ortodoncia no se controló la correcta posición tridimensional de los dientes en la arcada.
  • Cuando te golpean en la boca, ya sea por el propio trauma o porque el diente ha cambiado de posición.
  • Al rechinar los dientes (lo que se conoce como bruxismo)
  • Si tienes las encías muy finas, entonces serás una persona más propensa a recaer. Así como una persona puede tener la piel delgada, también las pueden tener las encías. En este caso, serán más sensibles a las agresiones externas.
  • Si eres fumador, es un factor de riesgo para la enfermedad periodontal.
  • Debido a procesos hormonales específicos como el embarazo, provocando el épulis del embarazo, que puede provocar recesión gingival.

Lo que también hay que tener en cuenta es que, en ocasiones, la recesión gingival puede derivar en sensibilidad, movilidad dental y problemas estéticos.

En estos casos hay que decidir, tras estudiar la situación, si es conveniente o posible realizar un injerto gingival o alguna otra técnica de cirugía plástica periodontal para tratarla.

Hábitos nocivos

El hábito de morder elementos externos, como mondadientes, clavos o lápices, puede traumatizar la encía hasta el punto de provocar su retracción.

La presencia de piercings en los labios o la lengua también es un factor causal. El consumo de tabaco es otro hábito que indudablemente afecta.

Hay determinados biotipos con encías más finas y mayor predisposición a sufrir recesión. Las encías más gruesas, por otro lado, se retraen con menos frecuencia.

Los cambios hormonales (embarazo) o la edad de la persona también influyen en la aparición de este problema.

Condiciones de uso
La información proporcionada no sustituye la atención médica directa ni debe usarse para diagnósticos o tratamientos. Tampoco se realizan recomendaciones sobre fármacos o técnicas, y la responsabilidad del uso de la información recae en los usuarios. Para diagnósticos personalizados, se recomienda contactar directamente a clínicas dentales especializadas.

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