Que los dientes se mueven es un hecho incuestionable, pero ¿todo el mundo lo hace de la misma manera o con la misma facilidad?
Hace unas décadas, los tratamientos de ortodoncia parecían estar reservados para bocas más jóvenes predispuestas a estos cambios. Pero hace mucho tiempo y con la evolución de los sistemas de brackets u ortodoncia invisible, el escenario es bien diferente.
Toda la ortodoncia está diseñada para redirigir los dientes a la posición correcta. Sin embargo, un desplazamiento de 0,2 mm no es lo mismo que un desplazamiento de 5 mm.
Tengo un diente flojo, ¿se me va a caer?
Sin duda, ningún adulto quiere pasar por la pérdida de un diente permanente. Así, el miedo suele ser el principal acompañante de un diente flojo.
¿Siempre hay peligro de que se caiga cuando se mueve un diente?
Depende de si hay pérdida de inserción ósea o no. Si no, deberías estar a salvo. Por otro lado, si hay algún daño en el inserto, puede haber riesgo de perder el diente.
Como ya hemos mencionado, el movimiento de los dientes no siempre es natural y, muchas veces, la pieza puede correr el riesgo de caerse.
Si ves cómo se mueve un diente al tocarlo con el dedo o se repite la sensación que tenías en la infancia cuando un diente de leche estaba a punto de caerse, pide cita con tu dentista inmediatamente.
¿Está bien extraer los dientes de leche que se mueven?
Lo mejor es dejar que la naturaleza siga su curso y dejar que los dientes de leche se caigan solos, sin tener que intervenir para intentar acelerar un proceso natural.
Un golpe en los dientes
Recibir un traumatismo o un golpe en los dientes puede tener varias consecuencias. Un diente puede romperse, astillarse, fracturarse, caerse o moverse, y el daño no siempre es visible a simple vista.
De ahí la importancia de acudir al dentista para ver si todo está en orden o buscar la mejor solución cuanto antes si has sufrido algún tipo de impacto en tus dientes.
Otro motivo que puede conducir a la pérdida de dientes es el apretamiento involuntario de la mandíbula o, en otras palabras, la parafunción.
Un tipo de parafunción es el bruxismo, que además de desgastar los dientes, también puede acabar provocando que los dientes se muevan.