Los dientes se caen por una variedad de razones. Las dos más comunes son la enfermedad periodontal y las lesiones traumáticas.
Cuando somos niños correr, saltar y jugar ocupa la mayor parte de nuestro tiempo al final del día. Por eso todos conocemos a alguien -o incluso a nosotros mismos- que ha perdido un diente de leche a causa de un golpe durante un partido o una caída.
Sin embargo, además del dolor que esto provocaba, no era un problema peligroso porque, tarde o temprano, el diente fijo, el llamado diente permanente, nacería en su lugar.
Las ventajas de reimplantar tu propio diente
Aunque existen muchas soluciones para ocultar un diente caído y sustituirlo por un diente artificial, poder reimplantar tu propio diente ofrece grandes ventajas frente a las prótesis artificiales.
También porque no requieren ningún tipo de operación para ser colocados y no es necesario trabajar para tratar de imitar el color y apariencia del resto de los dientes naturales.
A esto hay que añadir que en el caso de los niños tendrán que esperar varios años antes de poder colocarles una prótesis artificial.
Sin embargo, la falta de un diente puede ser un grave problema estético para ellos, lo que provoca complejos entre sus compañeros.
Reemplazo de un diente faltante
Si su diente no puede ser reimplantado, es muy importante que reemplace el diente faltante. Además de mejorar su sonrisa, las dentaduras postizas o los implantes pueden protegerlo de enfermedades de las encías, futuras caries o pérdida ósea en la mandíbula, lo que hará que sea mucho más difícil restaurar su boca más adelante.
Mal cuidado periodontal
Esta es una de las principales razones por las que la gran mayoría de los dientes adultos se caen. Esto se debe a que una vez que la bacteria se mete debajo de la línea de las encías, la infección puede volverse tan grave que hace que el diente se separe de la encía.
Esto provoca inestabilidad en el diente, provocando que se caiga o requiera extracción por parte de un especialista.
Otro motivo de consulta muy frecuente es el resultado de traumatismos o impactos directos en el diente. Esto hace que el diente se afloje o se caiga.
Las lesiones deportivas, los accidentes automovilísticos o cualquier traumatismo directo en el área de la boca pueden provocar la caída de un diente.