La alimentación también es fundamental cuando se trata de dientes amarillos. Esto se debe a que algunas bebidas o alimentos están muy pigmentados y provocan manchas en el esmalte.
Al mismo tiempo, fumar o tomar ciertos medicamentos también provoca dientes amarillos a largo plazo.
Si es así, ¿qué causa los dientes amarillos?
En primer lugar, cabe señalar que la edad y la herencia genética son factores extremadamente importantes cuando se trata de dientes amarillos.
Los dientes tienen una superficie dura y transparente llamada esmalte dental. Debajo del esmalte dental se encuentra la dentina, un tejido que es más blando que el esmalte y tiene un tono amarillento. Como consecuencia de este factor, cuanto más fina sea la capa de esmalte, más amarillentos serán los dientes.
¿Cuáles son las principales causas de los dientes amarillos?
Hay una gran cantidad de alimentos que contienen pigmentos coloreados. Estos alimentos se desgastan y pueden teñir muy ligeramente el color de los dientes.
Algunos de ellos son el café, el vino o las bayas como los arándanos.
Junto con la causa anterior, la mala higiene bucal es una de las principales causas de los dientes amarillos.
Si no limpiamos bien los dientes, las bacterias acumuladas en ellos se cristalizarán y formarán una capa amarillenta llamada sarro.
Dientes amarillos por la edad
Tener los dientes amarillos por la edad es una de las causas además de tus hábitos que pueden haber provocado un cambio de color en tus dientes.
Durante el proceso natural de envejecimiento, el esmalte dental se deteriora y los dientes tienden a amarillear con el tiempo.
Medicamentos y tratamientos
Existen algunos antibióticos como tetraciclinas, antihistamínicos y antipsicóticos, que pueden cambiar el color del esmalte dental, provocando manchas en los dientes y oscureciéndolos.
Lo mismo ocurre con los tratamientos de radioterapia o quimioterapia y con algunas enfermedades, especialmente las que afectan al hígado, ya que los dientes son más propensos a la decoloración.
El factor genético puede afectar el espesor del esmalte y la dentina. El grosor y la porosidad del esmalte pueden estar determinados por condiciones genéticas, ya que cuanto más poroso es el esmalte, más propenso a mancharse.
Asimismo, las enfermedades hereditarias también juegan un papel importante, ya que pueden alterar el contenido proteico, el calcio o el espesor del esmalte, provocando cambios de color en el mismo.




